“¡Qué inmenso campo se les abre!”
La Iglesia, preciada herencia del Salvador, continúa sedienta por que sus hijos respondan a la llamada de Jesús el Salvador.
Esta lucha de la Iglesia nos mueve profundamente y nos pide respuestas.
Guíados por el mismo Espíritu que mueve a nuestra Congregación y actúa en ella, nos hemos reunido en Aix, nuestra Casa Madre, nuestra Tierra santa, para renovar nuestro fervor por las vocaciones oblatas.
Los promotores vocacionales, junto con el Padre General, el Asistente General para la Formación, los Consejeros Generales y la Comunidad de Aix, juntos representamos a la congregación.
¿Por qué necesitamos Vocaciones Oblatas?
Necesitamos nuevas vocaciones por nuestro amor por la Iglesia. Somos un don especial para la Iglesia, y la Iglesia necesita este don para evangelizar a los pobres.
Estamos muy esperanzados. En muchas partes del mundo. El Espíritu de Dios continúa llamando. Creemos que este mismo Espíritu es más fuerte que la secularización y que el espíritu del mundo. La misión es de Dios; nosotros, los Oblatos, somos sus cooperadores.
Estando aquí en Aix, donde todo comenzó, hemos tratado de escuchar el clamor de los pobres, y fuertemente sentimos la oportunidad de que de aquí en adelante pueda nacer algo nuevo.
¿Qué hemos de hacer para continuar nuestro camino en las huellas de Cristo?
Ser fieles, vivir gozosa y radicalmente el don del carisma de san Eugenio de Mazenod, de manera que podamos invitar a otros como hizo Jesús: “vengan y vean” (Jn 1, 39).
La pastoral vocacional no es un asunto de reclutamiento o publicidad, sino un testimonio de vida. Tenemos la misión fundamental de mostrar a la juventud que la vida religiosa puede cambiar el mundo. ¿Cómo?
- Crear una cultura vocacional.
La importancia de la oración por las vocaciones.
Evangelización: compartir la fe.
Comunidades abiertas a experimentar el Espíritu Oblato.
Acompañamiento e Invitación a la Vida Oblata.
Misión con los jóvenes.
- Formación / Preparación para Promotores Vocacionales de tiempo completo. Como pide el Padre General, que haya un Promotor Vocacional en cada unidad que pueda dirigir el Equipo de Vocaciones.
Apoyo afectivo y efectivo a los Promotores Vocacionales.
- Trabajo en red a nivel regional y congregacional.
Tener una oficina de vocaciones en la Administración General que favorezca y almiente esta red.
“María Inmaculada es el modelo y la salvaguardia de nuestra vida consagrada (C.13). A ella le confiamos nuestra voluntad de trabajar más intensamente para invitar a nuevos miembros a unirse a nosotros, a través del ministerio de las vocaciones, fundamentado en la oración, confiándolo a su intercesión y a su cuidado lleno de ternura hacia nosotros.”
(Carta del Superior General sobre la Promoción Vocacional, 8 de dic., 2013)
Que podamos responder a esta llamada como hizo el Padre Tempier: “cuente conmigo de todo corazón.”
– Participantes del Primer Congreso sobre Vocaciones Oblatas-